¿ Qué es la seguridad ambiental?
Durante siglos las naciones han identificado y limitado las amenazas a la seguridad sólo a los conflictos políticos y militares procedentes de otra potencia, y consecuentes con dicho criterio, la conducción de la seguridad y la defensa tradicionales se han orientado durante años casi exclusivamente a proteger al Estado de otro Estado.
A partir del fin de la guerra fría, aparece un nuevo sistema de relaciones internacionales que privilegia la resolución de las disputas internacionales mediante la confluencia más que por la coacción. Los Estados han visto disminuidos sus caracteres distintivos de soberanía y autodeterminación, y por tanto las exigencias de seguridad estatal ya no se orientan prioritariamente a la protección de la soberanía, sin embargo ante la diversificación de amenazas deben ampliar su espectro, y enfrentar otras dimensiones del problema de seguridad.
El General francés Eric de la Maisonneuve
(1) , expresa su preocupación sobre la forma de encarar los nuevos desafíos a la seguridad en el mundo actual, al decir “...la humanidad y la comunidad internacional se encuentran ante una simple alternativa: dejar que la globalización produzca sus efectos negativos y contrarios, perturbe al viejo orden y provoque múltiples conflictos que los medios de defensa nacionales serán evidentemente incapaces de dominar. O bien tratar de comprender y acompañar la mundialización y luego canalizar sus efectos más nocivos con esfuerzos convergentes para organizar y repartir mejor los esfuerzos de seguridad.. »
Esas nuevas perturbaciones a la seguridad en muchos casos han sido de tal gravedad que han alterado seriamente la estabilidad de los Estados, y llevan a reflexionar sobre el valor actual de los conceptos clásicos de seguridad y defensa, en la medida que no se adecuan a esas nuevas realidades.
A partir de la década de los 70, se observa una tendencia a ampliar el concepto de seguridad, como consecuencia de la crisis del petróleo, comienza a desarrollarse la noción de seguridad económica. Más tarde, con el advenimiento de los accidentes nucleares y la frecuente aparición de desastres medioamibientales, se advierte la necesidad de extender el ámbito de la seguridad a ésos fenómenos, creándose el concepto de seguridad ambiental.
Más recientemente, Gregory D. Foster y Louise B. Wise
(2) , han conceptuado a las amenazas a la seguridad ambiental como “...aquellas condiciones de degradación ambiental y escasez inducidas por el deterioro de los recursos naturales que directa o indirectamente ponen en peligro la seguridad…” ... y que deben valorarse… "...por la contribución que realizan a la intranquilidad social, violencia colectiva, conflictos interestatales o desestabilización, en cualquier lugar del mundo donde intereses estratégicos importantes están en juego...”.
En la actualidad, -en el ámbito internacional-, la seguridad ambiental ha comenzado a ocupar un lugar destacado, lo que se verifica en la impenosa necesidad de articular, políticas medioambientales y económicas a nivel internacional, estimándose el daño medioambiental como una seria amenaza a la seguridad de las naciones y el orden internacional, que afecta los intereses vitales de los Estados y sus perspectivas de realización futura. La Organización de Estados Americanos, ha considerado que la amenaza a la seguridad hemisférica, no sólo se configura ante un riesgo provocado por una agresión de un conflicto armado, sino que peligra cada vez que se interrumpa el proceso constitucional en un país; por la falta de control en el narcoterrorismo; o por la degradación del medio ambiente, lo que sin duda demuestra que las amenazas relativas a la seguridad medioambiental hoy constituyen un peligro tan grande para la paz como las amenazas militares lo fueron anteriormente.
Los principios de la ley internacional, derivan en la imposición a los Estados de la responsabilidad de asegurar que las actividades dentro de su jurisdicción o control, no causen daño al medio ambiente de otros Estados o a áreas fuera de los límites de la jurisdicción nacional. Un claro ejemplo del carácter transnacional, de los daños ambientales, se observa en las consecuencias de la explosión del reactor nuclear de Chernobyl, donde a través de los vientos se produjo la difusión de la contaminación radioactiva sobre Europa; las acciones llevadas a cabo por Irak en la Guerra del Golfo -quema de pozos de petróleo y vertido de millones de barriles del hidrocarburo al mar- afectó a numerosos países.
La creciente transnacionalidad de los problemas ambientales, permiten suponer que en el futuro podrían surgir conflictos como consecuencia de la desaparición o reducción de un territorio por el aumento del nivel de los mares, -consecuencia del calentamiento global-, lo que generaría a su vez conflictos por la pérdida de dicho territorio o del cambio de las fronteras geopolíticas existentes. La desaparición o reducción de un recurso natural compartido entre naciones, -por ejemplo un río internacional-, puede derivar en un conflicto sobre la atribución de las responsabilidades, así como también la degradación de un recurso dentro de una nación, tal como la desertificación o el agotamiento de suelos fértiles, podría causar éxodos y migración transfronteriza de personas. Las situaciones planteadas, nos proporcionan una dimensión clara del problema medioambiental como amenaza a la seguridad internacional, donde sin importar el espacio nacional en el que fueran originados, lo trasuntan y afectan la seguridad ambiental a nivel global.
La Antártida y las Amenazas a la Seguridad Ambiental
La Antártida es un importante testigo para evaluar las interacciones ambientales, tanto locales como externas. Su ambiente, virtualmente intacto, permite supervisar las tendencias evolutivas del medio ambiente del mondo, así como observar su interacción con los ecosistemas terrestres, como también cualquier impacto sobre ellos. Por ésa interacción, la Antártida también sufre la influencia de los problemas medioambientales cuyos orígenes en su mayoría se encuentran en otra parte, ya que la disminución de la capa de ozono, o el posible derretimiento de la calota de hielo a causa del recalentamiento del planeta, son el resultado de condiciones de deterioro externas, originadas en el norte industrializado.
Sólo desde el contexto global, puede interpretarse la decisiva importancia de la dinámica ecológica que tiene bajo su control el ambiente antártico, y esto es así puesto que en la Antártida se producen fenómenos que generan efectos que exceden su ámbito local, con significativa influencia sobre los parámetros relacionados con el equilibrio ecológico mundial, tales como la circulación oceánica y atmosférica, la termodinámica, etc.
El Cambio Global
El Cambio Global o Cambio Climático Global, es una alteración provocada por acción del hombre, que afecta la composición global de la atmosfera, -perturbando la variabilidad climática natural-, observada en períodos comparables de tiempo.
La Academia de Ciencias de los Estados Unidos (NAS), en el documento “One Earth, One Future. Our Changing GlobaI Environment
(3) ", publicado en 1990, señala que los aspectos que deben analizarse en la problemática del cambio global son: el calentamiento global, los efectos sobre el agua y los alimentos por el cambio de clima, el aumento del nivel de los mares y las zonas costeras, la capa de ozono y la radiación ultravioleta, la desaparición de bosques y especies, y la acidificación de lagos, bosques y bienes culturales. El principal objetivo del estudio del cambio global es formular técnicas de predicción sobre la evolución futura del sistema terrestre, para lo cual se requiere de un amplio conocimiento de los procesos físicos y químicos que rigen el sistema terrestre.
En la compleja y cambiante meteorología terrestre, es casi imposible establecer un sutil aumento global de temperatura, usando como referencia sólo las mediciones meteorológicas tradicionales en diversos puntos de la Tierra. La Antártida con el aire más límpido del pianeta, permite realizar investigaciones de química atmosférica a nivel de superficie, o mediante globos-sonda, que circunvalan el continente transportando instrumental científico para detectar los fenómenos del Cambio Global, pero también se recurre con suma frecuencia al uso de satélites y al análisis del hielo antártico, puesto que es el indicador más sensible y eficiente para establecer la exacta comprensión de los procesos físico-químicos que interactúan en la atmósfera, los océanos y la Tierra en general. La cubierta de hielo permanente es un testigo sensible de la historia climática y del medio ambiente, dado que el aire atmosférico que queda atrapado en las burbujas de la nieve, y luego se convierte en hielo, lográndose así el estudio del hielo producido hace miles de años, lo que permite a su vez establecer la composición de la atmósfera del pasado, y particularmente el contenido de gases invernadero.
El hielo extraído de la profundidad de la calota polar, ha servido de guía para interpretar los cambios efectuados en distintos lugares del pianeta en el pasado, por cuanto las capas de hielo guardan los registros de las condiciones que han reinado en la Tierra, de esta forma, por ejemplo, se han realizado estudios del hielo obtenido a más de 3.700 metros de profundidad, en los que se ha podido analizar los dos últimos ciclos climáticos
(4) .
La superficie glacial permite apreciar además de las variaciones climáticas, la actividad volcánica global, los bombardeos de partículas cósmicas, la historia oceanográfica, y registran los efectos de la polución industrial y precipitación radioactiva de estroncio 90, procedente de las pruebas nucleares.
Los estudios realizados en la Antártida, han dado como consecuencia la existencia de una correlación entre los cambios de temperatura global y el contenido de dióxido de carbono (CO2), óxido nitroso (N2O) y metano (CH4) presentes en la atmósfera terrestre durante los ciclos climáticos. Estos gases, si bien se hallan naturalmente en la atmósfera en una dilución menor a la décima parte del 1% del total de gases atmosféricos, han aumentado su presencia porcentual a partir de la influencia humana sobre el clima global.
Algunos de los más importantes fenómenos que se investigan en el marco del cambio climático global, son el efecto invernadero, el deterioro de la capa de ozono, y la contaminación.
Efecto invernadero
Como consecuencia de la propagación de gases a la atmósfera, se están acrecentando cambios en su composición que favorecen su calentamiento.
Este fenómeno se asocia principalmente con el aumento de la producción de dióxido de carbono (CO2 ) - como consecuencia de los procesos de combustión para la obtención de energía
(5) - y a la extinción de áreas verdes fijadoras del gas carbónico. Las importantes cantidades acumuladas en la atmósfera influyen en el control de la radiación solar; dicha radiación es absorbida por la masa gaseosa, elevando la temperatura media terrestre.
En febrero de 1995, un iceberg gigante, del tamaño de Luxemburgo (2600 km2 y 77 km. de largo) se desprendió de la barrera de hielos Larsen en la península antártica, con lo que los científicos admitieron que el calentamiento del clima, estaba afectando seriamente el ambiente antártico, y se empezó a controlar la posible desintegración de las barreras de hielo.
Los indicios llevan a suponer que a mediados del presente siglo el aumento de temperatura se elevaría en 2° (35,6° F), lo que tendría una incidencia en el aumento del nivel de los océanos de entre 0,5 a 1,2 m., pero si el casquete de hielo antártico comienza a desintegrarse, el nivel de los océanos crecería algunos metros más. Si se derritiera el volumen total de hielo antártico (30 millones de Km3), el nivel de los oeéanos se elevaría en 70 metros.
Esas alteraciones inducidas por el hombre en el medio ambiente global, tienen en la Antártida un efecto devastador, y sin lugar a dudas de continuar el calentamiento del clima, podrá generar un colapso en el sistema terrestre.
El deterioro de la capa de ozono
En los años recientes la opinión pública mundial ho sido sacudida por las inforimaciones sobre el debilitamiento de la capa de ozono en todo el planeta y particularmente en el continente antártico.
El ozono tiene como principal propiedad limitar la radiación solar, a través de la absorción de los rayos ultravioletas (UV). Se origina en la atmósfera a una altura de entre 10 a 60 kilómetros sobre la corteza terrestre - área que se denomina estratosfera - cubriéndola con una fina capa que actúa como un escudo natural.
El oxígeno que normalmente respiramos posee dos átomos (O2), el ozono posee tres átomos de oxígeno (O3). En la estratosfera, la radiación solar divide las moléculas de oxígeno (O2); los átomos de oxígeno libre (O), se adicionan a otras moléculas de oxígeno generando así el ozono ((O2) + (O) = (O3). A su vez, se produce un fenómeno de disociación del ozono por la incidencia de la radiación UV, generando nuevas moléculas de oxígeno. Es por este mecanismo que se produce la absorción de gran parte de las radiaciones. La estratosfera se convierte mediante dicho proceso en una fuente de calor, al convertir la energía de la radiación ultravioleta en energía térmica.
En los últimos años se ha advertido el adelgazamiento de la capa de ozono y la desaparición parcial del ozono en el área antártica. La ubicación de la Antártida, así como sus especiales condiciones físicas, la convierten en el lugar del mundo más sensible a la destrucción de la capa de ozono; por ello se ha convertido en el indicador más claro de la evolución de dicho deterioro. Si bien la ciencia no ha logrado establecer los motivos por los que ocurre el deterioro de la capa de ozono, existen dos posiciones que buscan dar respuesta al fenómeno.
Algunos científicos entienden que el agotamiento del ozono ocurre por circunstancias naturales, conforme variaciones atribuibles a los ciclos solares.
Otros, le atribuyen la responsabilidad a la acción del hombre, al proyectar a la atmósfera elevadas cantidades de clorofluorocarbonos (CFC), productos químicos, altamente estables, empleados como propelentes de sustancias en aerosol y de uso en los sistemas de refrigeración.
Las moléculas de CFC, al llegar a la estratosfera y tomar contacto con la radiación solar, producen la liberación de átomos activos de cloro, generando un sinnúmero de reacciones y de procesos fotoquímicos. En estas reacciones, un átomo de cloro puede destruir la molécula de ozono. Otros gases también producen la destrucción del ozono, tales como el óxido nitroso y el dióxido de nitrógeno, que como en el caso del cloro también actúan como catalizadores.
Si bien a través de tratados internacionales se ha puesto límite a la producción de gases que afectan la capa de ozono, los efectos del deterioro permanecerán por largo tiempo. Las consecuencias visibles del daño a la capa de ozono, con el consiguiente aumento de la incidencia de la radiación solar, es el actual aumento de distintos tipos de cáncer de piel y de afecciones oculares. La disminución de la capa de ozono se observa con mayor frecuencia en áreas más extensas cada año. Probablemente los mayores perjuicios se verán antes en la Antártida y en el Hemisferio Sur; el “agujero” de la capa de ozono, en varias ocasiones ha alcanzado el continente americano, afectando áreas del sur de Argentina y Chile. A largo plazo, se desequilibrará el sistema climático terrestre; las reacciones de descomposición química y el aumento de la radiación incidente, traerá aparejado un gradual deterioro del manto de hielo, que conllevará a un aumento del nivel del mar.
Contaminación
Las sustancias que provocan contaminación, -agentes contaminantes-, pueden ser sólidas, líquidas, gaseosas y biológicas. Su origen puede encontrarse en procesos industriales, combustión industrial, vehículos con motor a explosión, aguas residuales urbanas, industrial o agrícola, uso de plaguicidas, pruebas nucleares, manipulación de sustancias radioactivas, ruido, a través de microorganismos, etc.
En la década de los 60, la detección de vestigios de dicloro-difenil-tricloroetano (DDT) en el tejido de los pingüinos antárticos, alertó al mundo científico sobre el nivel de diseminación que había alcanzado el tóxico plaguicida. Además de DDT, se han hallado presentes en organismos vivos o en muestras de hielo, otros contaminantes tales como hidrocarburos y sus derivados, productos químicos, pesticidas, etc. En todos los países, en mayor o menor medida, se han verificado en los últimos años, casos de contaminación por efecto de fenómenos asociados al cambio global.
Conclusiones
La gravísima situación medioambiental analizada nos indica que la Antártida tiene un doble interés para la humanidad: el interés científico qua genera ese espacio único de investigación, y como ámbito productor de fenómenos qua afectan a la seguridad ambiental global.
Muchas de las amenazas se ocasionan por el deterioro producido al medio ambiente en los países más industrializados. Se podrían causar efectos mundiales tales como: hecatombes y desastres naturales; modificación global de isotermas, isobaras e isoyetas; crecidas de mares y ríos, cambios en las corrientes marinas; pérdida de fertilidad de millones de hectáreas y desertificación; hambrunas y migraciones masivas.
El cambio global es una importante variable a tener en cuenta en el diseño de la estrategia nacional de los países; las graves alteraciones que producirá en el largo plazo pondrá en peligro la subsistencia misma de los Estados, y obligará a considerar respuestas en el marco de la estrategia política, económica, psicosocial y militar.
Como amenaza crítica a la seguridad de los Estados y a su integridad territorial, requiere de una urgente acción de los gobiernos para paliar las consecuencias de la alteración de la naturaleza.
En este contexto, se percibe la ausencia de medidas adecuadas a nivel global para limitar o reducir el crecimiento de las amenazas ambientales; las pocas normas establecidas a través de las conferencias internacionales, resultan ineficientes o simplemente no se cumplen. Los países han comenzado a adoptar medidas para controlar las emanaciones tóxicas y contaminación de efluentes, aunque pareciera que no se tiene una percepción clara de la gravedad de las alteraciones climáticas y sus efectos.
Se verifica la falta de una adecuada identificación de la amenaza por parte de los decisores públicos, por lo que en los ámbitos de seguridad y defensa, no se observa la implementación de acciones aptas para limitar los riesgos a la seguridad ambiental global.
La investigación cientifica colabora en delimitar la magnitud de la amenaza y sus efectos, sin embargo corresponde al ámbito de la seguridad -a nivel de la política nacional-, valorar la situación, a fin de dilucidar el grado de perturbación que provoca a los intereses vitales, -sean territoriales, poblacionales etc.-, articulando su accionar con otros países u organismos de nivel internacional.
Se deben propiciar acciones para que desde las políticas de seguridad y defensa de cada país -coordinadas a nivel regional y continental-, se establezcan directrices, que permitan el seguimiento y control del deterioro del ámbito antártico como grave amenaza a la seguridad ambiental. Teniendo en cuenta que es tarea fundamental del campo de la defensa el prevenir conflictos, se deberán realizar las previsiones de la situación medioambiental, determinando cuál es la magnitud de la amenaza, cuándo, dónde y por qué es posible que ésta se presente, y de que forma se la enfrentará.
Es imperativo el tratamiento de los temas de seguridad ambiental global en las agendas de seguridad y defensa de nivel internacional, y la adopción de estrategias basadas en una cooperación multidimensional. Resulta imposible a los Estados, en forma individual, proyectar soluciones aisladas para enfrentar problemas globales.
Los países con presencia antartica
(6) , en función de la información que obtienen a través de sus investigaciones científicas-, deberían impulsar el debate internacional de la cuestión medioambiental antártica, y su efecto global, desde la óptica de la seguridad ambiental. Asimismo, como problemática del ámbito de la defensa, es conveniente considerar con antelación el grado de participación militar; haciéndose necesario especificar los roles que deberán asignarse a las fuerzas armadas en el marco de su desempeño, pudiendo consistir en actividades de planeamiento, orientado a operaciones de detección y control, alerta, prevención de amenazas medioambientales y operaciones en desastres o catástrofes de gran magnitud.
El fenómeno del cambio global obliga a un cambio mental en la concepción del conflicto desde los más altos niveles de conducción y decisión de los Estados, puesto que se requiere inicialmente entender que se trata de una grave amenaza a la seguridad, para luego buscar la forma de enfrentarla en un marco global.
El desafío que nos impone la amenaza global es: sobre vivir juntos o juntos desaparecer. La inteligencia estratégica en el siglo XXI encuentra en la problemática medioambiental un nuevo desafío a afrontar.